El Paraje del Demonio


Había una vez, hace mucho tiempo, un demonio, que cansado de la habitual y desolada vida en los inframundos decidió salir volando, escapando de toda la monotonía del infierno, el sufrimiento eterno, los tormentos a las almas que perdidas y arrepentidas caían ahí, los pecadores, los alaridos, y todas esas cosas ruidosas y aburridas que día con día por toda la eternidad ocurrían en aquel bajo mundo.

El Demonio, que para contrastar esta historia llamaré Hope(y con mucho sarcasmo), atravesó volando consternado la dimensión natural, sobre el basto imperio donde Gaia absoluta reinaba, luego la dimensión humana, donde la rutina y la trivialidad gobernaban la vida de todos los hombres y su "buena" voluntad (pero como criticar a las sociedades y su rustica estupidez no es mi fin en esta historia continuaré). Hasta llegar a la dimensión celeste, llena de astros, de pasajes obscuros y mundos efimeros, un cielo, un universo y mil a la vez; "Silencio por fin" pensó el vago demonio y después de dejar de aletear se quedo flotando... Flotando en medio del cosmos, con los ojos cerrados, junto al abúlico asteroide y las traviesas partículas de polvo espacial.

De repente algo consiguió su total atención, una estrella, la segunda a la derecha, brillante como el roció, grande y radiante, con mas luz que las mismas llamas del infierno; parecía llamarlo, con suaves susurros, con una melodía imposible de interpretar, y una labia que solo el corazón logra de cifrar, lo atraía tanto que cuando recobro la cautela ya estaba volando hacia la curiosa estrella.

Cuando llegó, atravesó las densas nubes del cielo una por una, dejándole ver cada vez mas claro una pequeña isla en medio del mar azul, una isla forrada de sueños y decorada de ilusiones, una isla donde ya hacia mucho que el tiempo se había detenido a dormir, donde el chico perseguía al grande, donde los recuerdos vivían congelados y los deseos nacían en flor. El demonio deslumbrado por la belleza del lugar recorrió al ras del suelo cada rincón, deteniéndose aveces a admirar a las hadas y saludar a las sirenas, a escuchar la risa del viento cuando soplaba y a beber de los ríos color arcoiris, hasta que la vio, sentada en una piedra en medio de un lago, sutil y bella como debe ser, de movimientos frágiles y elegantes, su cabello era suave, quebrado, del color del oro y con el mismo resplandor, su mirada era honesta, sus labios coquetos, y sus alas hechas de sedosa pluma(de esa que solo se fabrica en el cielo...). ¿Que esta haciendo un ángel en este lugar? se pregunto el joven demonio y sin pensarlo se acerco veloz sobres sus alas (Mi demonio es muy impulsivo... casi tanto como yo... que coincidencia...).

Después de analizarla bien de cerca, el demonio decidió presentarse:

-Soy Hope -

-Hola... -Respondió paciente el ángel -Mi nombre es Qamar (por obvias razones...)-

Y después de eso no paso mucho tiempo para que la curiosidad rompiera la laconia y comenzaran a conocerse cada vez mas, el le contaba de como veía al mundo en blanco y negro, y de como quería ser diferente, libre, idealista y despreocupado; ella le relataba historias de el cielo a donde pertenecía en realidad, le explicaba como eran escogidos los ángeles que iban a la tierra de los hombres a cuidar uno y hacerlo crecer, le pedía que le enseñara una que otra travesura, pues los ángeles no saben de eso, le enseñaba que en aquel lugar donde estaban todo era posible, y lo llevaba a recorrer los valles, montañas y riachuelos, cada día el ángel se aseguraba de que el demonio apreciara la belleza y viera a color un poco mas.

Una mañana el demonio trataba de enseñarle al ángel a molestar a los cocodrilos; saltaba sobre ellos cuando dormían y se echaba a volar con todas sus fuerzas, era divertido y arriesgado, cuando llego el turno del pequeño ángel el demonio le aseguro que nada malo podía pasar, la abrazó con fuerza y le dio un pequeño empujón, cuando el ángel salto sobre el hocico del cocodrilo este reacciono rápidamente y con una mordida logro detener un ala de la pequeña Qamar, la sacudió y la arrojo con fuerza al lago, el ángel aleteaba pero las alas mojadas eran inútiles, el demonio voló para recogerla y alejarla de los cocodrilos que enojados trataban de mordisquearla, y despedasarla, la saco del lago y la llevo a tierra firme, y al ver que su ala frágil y sedosa estaba hecha retasos el demonio se arranco una con todas sus fuerzas y la cambio por el ala deshecha del ángel.

Cuando despertó, sacudió su cabeza y aleteo sus alas, voló hasta encontrar a Hope sentado sobre la piedra donde se conocieron, estaba empapado y sin un ala, el ángel aterrizo para tocar las suyas y notar que una del par no estaba hecha de plumas, su reacción inmediata fue volar hacia el mal herido demonio y abrazarlo, le preguntaba la razón de semejante sacrificio con lágrimas en los ojos.

El demonio le explico, que ella había cambiado el mundo del que el escapo, que le había enseñado la diferencia entre vivir y existir, y que el ya nunca podría volver a volar si no volaba junto a ella.

Días después el ángel seguía llevando a todos lados al demonio, disfrutaban del sol de las mañanas, de la llegada de las estaciones, el frió del invierno, el cálido verano, y el bohemio otoño, la cobija de la primavera, la lluvia, los arboles, los juegos y las alegrías, bailaban al compás del silencio cada vez que la noche decidía arropar el cielo (Un bello recuerdo de este enfermo autor...). Seguían compartiendo ilusiones y haciendo planes y muchas promesas. Pero el ángel dejo de visitar al demonio por mucho tiempo, el comenzó a preocuparse hasta que el ángel regresó y al poco tiempo la ausencia se hizo presente de nuevo, aveces regresaba, y otras se alejaba durante semanas, el demonio la buscaba hasta donde podía pero sin éxito, la distancia crecía, y la llegada del ángel se prolongaba cada vez, aveces ninguno se lograba encontrar y el ángel se marchaba de nuevo.

Una noche el ángel regresó y despertó al demonio que se encontraba dormido, cansado de buscarla, y antes de que el la pudiera abrazar ella le explico la razón de su distancia; otro ángel le había avisado que la habían escogido para ir al mundo de los hombres a cuidar a un humano, ¡el sueño de todo ángel!(...no estoy muy seguro de porque...), que había estado visitando aquel lugar para aprender de ellos y que esa noche tenia que irse para siempre, las lágrimas en los ojos de ambos no esperaron, le sonrió, le pidió que nunca se olvidara de el, y después del mas cálido de los besos ella partió dejando una estela de plumas que le desprendían de una sola ala.

fin.

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